Los maestros deben ayudar a los pequeños
a percibirse
como lectores y escritores desde antes de
que ellos sepan escribir y leer por sí solos.
Frank Smith
La
Biblioteca para Bebés permite el conocimiento de libros de literatura de
sencilla estructura, y especialmente diseñados para niños pequeños que asisten
a un Jardín Maternal. Desde el segundo semestre de vida, el niño puede
interesarse por la lectura de imágenes, siempre que éstas resulten atractivas
por el color y el diseño. No sabremos con exactitud cuál es el grado de comprensión
de aquello que la imagen representa, pero es habitual observar en el bebé, actitudes
autónomas frente a lo que ve dibujado, que nos permiten afirmar que
efectivamente, se comporta como un
lector.
Un bebé de diez meses puede observar y emitir sonidos de reconocimiento del objeto
representado, ya sabe que eso no es el objeto mismo, sino su representación
gráfica,
y esta certeza lo convierte en lector de esas imágenes.
Para
esta etapa etaria -tres meses a dos años- contamos en la actualidad con una inmensa
cantidad de ofertas de material literario con diseños acordes a las posibilidades
de manipulación de niños pequeños.
Libros
de tela, de plástico y de cartón plastificado con las puntas redondeadas para
que no se lastimen.
También
es posible su fabricación artesanal recurriendo a recortes de telas de colores brillantes
que pueden disponerse en forma de libro. Cada hoja de tela es una página en la
que la creatividad del artesano colocará siluetas que representen una flor, un conejo,
o tal vez una manzana.
Los
colores intensos atrapan la atención del niño y en
estos
contrastes de figura y forma buscará significados que pueden o no coincidir con
lo representado.
Podemos
seleccionar libros de imágenes que no “cuentan” una historia, pero que invitan
a la exploración de las ilustraciones por parte de los lectores y esta práctica
resulta atractiva para descubrir un universo de colores y formas que no son necesariamente
familiares o no habitan el mundo de la realidad, son personajes de la ficción
literaria
Pero
también está presente la literatura, las primeras historias, que aparece con construcciones
narrativas breves y gramaticalmente pensadas para los bebés. En estas formas
literarias muy sencillas, es probable que aparezca un personaje central: un niño,
un oso, un ratón, que debe resolver un pequeño conflicto; Predomina el humor, el
disparate, el juego.
En
un proceso que varía en cada niño, la oferta de libros avanzará con secuencias
más extensas y más complejas, con más personajes.
La
tarea de lectura representará nuevos esfuerzos de relacionar cada momento de la
historia, la sucesión espacio temporal, y se puede guiar al niño para que
observe que lo que sucede en cada página se vincula con la página anterior y
con la siguiente.
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